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Sendereando

“Que gusto da el volver a ver el Volcán Calbuco con nieve casi hasta el faldeo… Aunque aún impresiona ver los efectos de la erupción del 2015… Así es la naturaleza, la belleza no se pierde, solo se va transformando”

Es así como Rodrigo Figueroa, el exponente de “Sendereando” de esta edición, nos presenta su última visita al Volcán Calbuco, un lugar que conoce y recorre desde que tenía 10 años de edad a través de un taller de turismo de su colegio “Forjadores ambientales”, donde comenzaron a conocer los distintos parques nacionales de la zona, como son Alerce Andino y Vicente Pérez Rosales. Luego, en otro grupo, esta vez a través de la Iglesia donde asistía, conoció el Volcán Calbuco. Desde ese momento visita cada año, una o dos veces, este hermoso lugar, la diferencia es que ahora lo hace en familia, acompañado de amigos, de su esposa y su hijo de cinco años, Emilio.

La diferencia entre este volcán y otros enfocados al turismo, es que acá no se sube en vehículo, éste se debe dejar en el faldeo y caminar.

“Siempre he pensado que uno se tiene que acercar a la naturaleza y en este caso, en el Volcán Calbuco, uno llega a la falda y tienes que subirlo, si no lo subes no vas a ver lo que nosotros vimos”

En esta oportunidad, considerando que iban con un niño pequeño, la subida fue de tres horas con intermitentes descansos.

La ruta para llegar a la Reserva Nacional Llanquihue, área silvestre que protege al volcán y su entorno, desde Puerto Montt se debe tomar la ruta 7, carretera austral, tomar el desvío hacia correntoso en el puente chamiza, ya en correntoso tomar el desvio hacia lago chapo, seguir hasta donde termina el pavimento, cruzar el puente Río Blanco y podrán ver el letrero de ingreso a la reserva. La primera parte del trekking pasa por un bosque de mediana altura, bordeando el aluvión, el cual nos lleva hasta la casa del Guardaparque, de ahí, posterior al registro, se avanza por los senderos de bosque, hojas y un poco de barro, hasta llegar al aluvión, donde el panorama cambia drásticamente a un terreno de cenizas y roca volcánica.

El sendero está marcado por pequeñas montañas de rocas apiladas, típicas señales que dejan los montañistas.

“Nosotros llegamos hasta el Mirador, que es la parte más típica del Volcán Calbuco… camino rocoso, harto sendero, trekking de mediana complejidad. Hay que llevar comida, hidratarse constantemente, tener paciencia, parar, descansar, respirar y disfrutar porque la vista definitivamente merece el sacrificio”

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