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El Comienzo

Gisselle Navarro
Educadora Diferencial

Está es la historia de una familia más de Chile, que intenta adaptarse al teletrabajo, hacer las tareas de la escuela, tratar de mantener todo en casa: la comida, el orden, la ropa limpia, etc.; también intentamos mantener una buena convivencia, que las preocupaciones económicas no nos invadan y no perder la paciencia durante en encierro.

Este año comenzaríamos una nueva etapa, con algunos miedos pero que siempre estuvo acompañada de grandes expectativas. Al llegar marzo, el primer año escolar para mi hijo en pre-kínder, en una escuela que había visitado sólo dos veces y con diferentes apreciaciones de su parte, ya que la primera vez lloró porque vio al director con delantal blanco y en la segunda oportunidad corrió y jugo por todos lados, además de los muchos abrazos que recibió.

Para toda la familia fue algo nuevo, debo reconocer que me corrieron unas lágrimas por miedo a lo desconocido, aunque él sólo disfrutaba su cambio de rutina, levantarse más temprano, ir a la escuela, ver a otros niños, compartir y hacer tareas sin mí; y así todos los días con una gran sonrisa hasta que llegó el coronavirus y quiso derrumbar todo el avance logrado y generar nuevos miedos, pero no sabía que contaba con una familia que lleva batallas ganadas en su camino.

Su nombre es Gaspar, un niño de cuatro años que es feliz, cariñoso y con autismo, una condición llena de diversidad y por eso es representada por el color azul o una pieza de puzle. Que más adelante contaré las razones de estas.

Hoy quiero compartir con ustedes el apoyo que le brindo a mi hijo desde que comenzó la pandemia ya que, es importante para los niños y niñas con autismo recibir la estimulación necesaria para el desarrollo de su formación, sin pausas. Para ello es esencial que conozcan las fortalezas, necesidades y aspectos necesarios que creen que son importantes que tengan sus hijos, ya sean atípicos o neurotípicos.

El 23 de marzo del 2020 nos informan que la escuela contaba con material virtual disponible para que padres y estudiantes puedan realizar actividades en su casa, un buen material cabe decir, sin embargo, Gaspar sólo alcanzó a asistir un poco más de una semana a clases, por lo cual es obvio que ningún profesor alcanzó a conocer su potencial como tampoco el de los otros estudiantes, y así responder a esa diversidad, lo cual es aceptable y comprensible.

Como madre intente comenzar con algunas tareas, los objetivos propuestos no se alcanzaron en su totalidad, ya que hay habilidades que mi hijo todavía no logra como es la expresión verbal. Entonces, me dije ¿qué hacer?, porque no hacer nada no era una opción.

Tengo el privilegio de ser profesora diferencial, conozco algunas estrategias, tengo algunas ideas, además, me encanta leer e investigar. Entonces, fui adaptando el material para las características de mi hijo. La primera tarea, consistía en una lámina de animales en que debíamos practicar los sonidos (onomatopeyas), como Gaspar no reproduce ninguno, me plantee ir cada semana reforzando un animal.

Las siguientes actividades consistían en actividades de motricidad fina y estimulación sensorial táctil, como rellenar figuras con lana, sémola, arroz, entre otras. Entonces, realicé actividades del “pato” (primer animal que escogí) con los objetivos de las otras actividades, y miren que lindo fue:

En el día 1, ocupamos todo lo de la imagen: material concreto, que es una granja de juguete que emite sonidos (un juguete que teníamos). El computador para un cuento de un pato; plumas y cascaras de huevo pintados con témpera amarilla, ambos utilizados para rellenar al pato (ficha). Y obvio consideramos la ficha de la escuela, para relacionar y retomar lo visto anteriormente (los animales de la granja).

Al día siguiente la ficha dos de la escuela, consistía en pintar con témpera utilizando pincel, esponja o las manos (la última no era opción porque Gaspar no tolera tocarla). Ambos materiales no los había utilizado antes, pero es importante ir trabajando en ello, porque son actividades que si o si se realizan en la escuela.
Y estas fueron sus obras de arte:

En el tercer día, hicimos con mi madre un títere de un pato (es importante involucrar a toda la familia en el proceso) y hacíamos el sonido respectivo. También lo utilizamos con el cuento que habíamos leído en el computador, sólo que esta vez sin él.

Para finalizar, en general los niños son concretos y visuales, el uso de imágenes y poder manipular objetos facilita mucho más la adquisición de nuevos aprendizajes, especialmente a los niños con autismo el uso de pictogramas (dibujos o fotografías) permite anticipar las actividades y/o rutinas del día a día. Y otra acción que incorporamos es el refuerzo positivo que puede ser de cualquier tipo, nosotros generalmente aplaudimos o nos damos abrazos.

Esto es un poco de lo que realizó día a día con mi hijo, toma tiempo, pero es una recompensa ver sus avances, también comparto mis sugerencias con sus compañeros de curso y redes sociales, porque es importante apoyarnos mutuamente.

¿Por qué una pieza de puzle?

Porque las piezas de puzzle son todos distintas, tal como el autismo, no existen niños con características iguales, son todos diferentes pese a tener la misma condición.

¿Por qué el azul representa el autismo?

Se hace relación al mar, porque a veces puede estar muy calmado y otras veces con muchos remolinos.

Un último consejo reutilizar y ocupar los juguetes del hogar, los conos de confort, las cajas de cereales, las cajas de huevo, lana, tapas, entre otras. Y para más ideas pueden seguirnos en #facebook: Unahuellaazulenelcamino

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Paola Lagos, Directora Revista XDatos

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